El Jaime Nebot Saadi que llegó hace 19 años a la Alcaldía de Guayaquil auspiciado por el Partido Social Cristiano (PSC) no es el mismo que mañana se despide de ese cargo. No solo por la edad (en el 2000 tenía 53, ahora 72) o el surco de las arrugas debajo de sus ojos.
Él asegura que, conforme cambiaba la ciudad, también lo hizo su carácter; se describe como un ser humano más tolerante y sensible a las necesidades de la gente. Aunque muchos de sus detractores insisten en que es “autoritario”, él responde que simplemente “ejerce su autoridad”. Evalúa su paso por el municipio y asegura sentirse satisfecho, aunque admite que a su sucesora y coidearia, Cynthia Viteri, le queda mucho por hacer y que espera que ella “lo supere” porque siempre “es posible vivir mejor”.
Nebot concedió una entrevista a EL UNIVERSO el lunes pasado en su oficina personal en el piso 11 del Edificio Valra, al lado del municipio. Ahí despachó oficios y recibió a coidearios y autoridades electas que esperaban en la antesala del salón de reuniones. “Presidente”, le decían todos a manera de saludo.
¿A qué se dedicará usted luego de salir de la Alcaldía?
Me ratifico en que hasta que Dios me dé vida y salud serviré a mis semejantes. Para servir no se necesita ser funcionario público. Primero, usted sabe que mis asuntos particulares, que no tienen que ver con Guayaquil porque tuve que excluirme para no tener conflictos, los mantendré; yo dedicaba mucho tiempo a la Alcaldía. Hoy quiero dedicarme a dos cosas: a organizar el Bicentenario de la Independencia de Guayaquil (él preside el Comité encargado de eso), donde me acompañan distinguidos ciudadanos como León Roldós, Pancho Huerta, Pablo Arosemena, María Gloria Alarcón, Pedro Aguayo, Ramón Sonnenholzner… y segundo, en la campaña electoral contraje un compromiso con 44 alcaldes y 8 prefectos que resultaron electos (por el PSC), al que luego se sumaron cerca de 30 más (aliados y otros grupos). Esa gente tiene que cumplir su compromiso con el pueblo y yo debo preocuparme de que lo hagan porque mi palabra está dada, son temas puntuales pero muy importantes: salud, con clínicas móviles y hospitales del día; en educación y tecnología, libros gratuitos, tablets e internet gratis; y algunos quieren ser asesorados en legalización de terrenos y vivienda, que no fueron compromisos de campaña pero estoy abierto a todo lo que pueda ser útil.
¿Será una especie de gran asesor para ellos?
No un gran asesor, pero sí me preocuparé.
¿Y cómo hará ese seguimiento a los compromisos?
Eso implica tener una conceptualidad, una filosofía, implica bases y sistemas de contratación, adjudicaciones…; por ejemplo, nosotros contratamos cosas muy baratas como las tablets, ¿pero por qué? Porque hacemos concursos internacionales… no existe el importador local, los impuestos, gastos generales, utilidades, y por eso las tablets nos salen a $ 105 y $ 102, lo que en el mercado puede costar $380… Haré el seguimiento personalmente, en lo que quepa, y con un equipo de seguimiento.
Usted dice que no se necesita tener un puesto para servir, pero también señala que este seguimiento busca replicar el modelo de Guayaquil a todo el país. ¿Ya decidió ser candidato a la Presidencia de la República?
Usted ya me está llevando a un terreno en el que ya conoce la respuesta. Pero le voy a decir algo: lo importante no es que Jaime Nebot sea presidente, sino que el pueblo llegue al poder, que llegue un esquema de Gobierno. Si usted me pregunta si el que nosotros hemos implementado en Guayaquil se puede implementar en el país, claro que sí. Considerando que es un proceso, no se puede hacer de la noche a la mañana. Se pueden tomar decisiones rápidamente, pero hay que implementarlas, luego hay que hacer que esas decisiones rindan sus frutos y esto toma tiempo… Para eso no es necesario que esté una persona determinada, sino cualquiera que piense que eso es correcto y lo lleve adelante.
¿Y existe una persona que pueda llevar adelante esto en el país?
Esperaría que existan muchas, porque los países no pueden depender de pocas personas. Y ese es el gran mérito de Guayaquil, que la gente aprendió a ser parte de la solución. Y así salen adelante los pueblos, no hay líder sin pueblo decidido y tampoco hay pueblo sin líder decidido. En Guayaquil ha habido una enorme evolución al entender que el progreso está por encima de las ideologías, que uno tiene que ser positivo, arrimar el hombro, pero también salir a las calles cuando haya que hacerlo.
¿De qué dependería que usted decida ser candidato?
De que yo pueda convencerme de que sería mejor presidente que alcalde…
¿No será que tiene miedo de perder?
Eso no me preocupa.
¿Cuál es el perfil que debe tener el próximo presidente?
El perfil de cualquier funcionario público. Conocer los problemas que debe resolver y estar dispuesto a hacerlo con entereza, eficacia y solidaridad, sin sectarismo, ¿cómo hacerlo? La fórmula es única. Estar consciente de que el dinero es del pueblo, y que tiene que devolverle la máxima cantidad de ese dinero. Por ejemplo, el presupuesto del 2019 para Guayaquil tiene el 86,2% para inversión y 13,8% para gasto. Hay que invertir en la gente que más necesita; no hay que endeudarse para servicios y obra pública, y si se hace, que sea a largo plazo, a bajos intereses y con largos periodos de gracia; saber unirse con la empresa privada, ser duro para negociar pero serio para cumplir lo que uno acuerda, aquí hay ejemplos como el dragado de Los Goles, que no ha costado ni medio a la ciudad; la inversión en agua potable y alcantarillado, la metrovía, los buses, la aerovía; hemos hecho 36.000 viviendas…
Parece que se estuviera describiendo a usted mismo.
No, no, yo he seguido ese perfil para ser un funcionario público eficiente y solidario. Actuar así no es un patrimonio de Jaime Nebot, debería ser de los administradores públicos, que no lo sea es una mala suerte para el país. La excepción debería ser lo que ahora es la generalidad.
¿Cree que Ecuador es ingobernable?
No, no lo creo. Tampoco creo en el famoso péndulo, la prueba es que cuando la gente está contenta reelige (a los gobernantes) y cuando no los cambia, y a algunos antes de tiempo.
¿Retomará la dirigencia del PSC?
La actividad cívica no la abandonaré nunca. El partido tiene sus directivas que cada vez se van remozando. Ese es un capítulo de mi vida que ya pasó. No estoy encasillado en un partido, mi temperamento no me da para eso.
Pero la estructura del partido le servirá para una campaña presidencial.
No, no, el partido debe servir a los ciudadanos. Tengo mi ideología y mi partido, pero en mi actitud soy pluralista, independiente y no lo oculto. En la última campaña que viajé por el país, luego de 20 años, lo dije con claridad. Yo no creo en otra ideología que no sea la prosperidad; y no tengo otro partido que el Ecuador.
¿Por qué hizo esa gira? ¿Una medición de popularidad?
Porque tenía que hacerla. Dejaba una función y si quería seguir sirviendo tenía que buscar una forma de hacerlo, y quiero que la prosperidad de Guayaquil llegue a todo el país. Eso no hay que confundirlo con campaña electoral. La popularidad de Jaime Nebot se puede medir todos los días.
‘La reforma constitucional debe ser por consulta…’
“Se necesita una reforma constitucional profunda, fundamentalmente en dos aspectos: seguridad ciudadana y seguridad social…
La inseguridad es un tema muy amplio. Cuando usted le pregunta a la gente por qué se siente insegura, le responde porque nos matan, nos roban, nos secuestran o nos violan. Son los delitos que aterrorizan a la sociedad. Hay un garantismo mal entendido. La impunidad no es un derecho humano, eso es irrespetar el derecho a la justicia de la víctima y el derecho a vivir en paz de la sociedad…
La seguridad social se ha convertido en un impuesto al salario. Tengo 72 años, si me pregunta qué tiene usted en el seguro, sin querer alarmar a nadie, la respuesta es nada. Me han limpiado, y tengo 50 y pico años de aportar al seguro social. ¿Qué tenemos? ¿Salud? ¿Pensiones? ¿Seguro de Desempleos? En otros países, se entrega un porcentaje mayor o menor, el asegurado tiene un documento de cuánta plata tiene, dónde está invertida, que autorización da usted para usarlo… Esto (el IESS) debe ser sustituido por algo que permita que el ahorro interno genere riqueza para el dueño de la plata y crecimiento colectivo.
Aparte, el Consejo de Participación Ciudadana es un engendro antidemocrático que no debió existir, al menos no con las facultades que tiene. Lo más sencillo es eliminar las funciones antidemocráticas y dejar las que lo son.
La Constitución no debe cambiarse nunca por la vía de la Asamblea Constituyente porque los elegidos acaban haciendo lo que les da la gana. Hay que hacer consultas universales y directas para que el pueblo se pronuncie con un texto escrito y que los asambleístas sean implementadores de la decisión popular.
Yo las impulsaría, desde la ciudadanía. No desde un partido. Para mí los partidos y las ideologías son importantes. Pero nada sustituye la ideología de la prosperidad y el partido Ecuador. Eso es lo que quiere el ecuatoriano de hoy…”.