Madrid, EFE
El deportista ecuatoriano Sebastián Carrasco, en silla de ruedas tras un accidente hace cuatro años que le provocó una lesión medular, aspira a ser la primera persona con discapacidad en coronar el Kilimanjaro, la cima más alta de Africa, con su bicicleta de mano adaptada (handbike) y sin asistencia.
Sebastián Carrasco trabajaba de guía de alta montaña en Ecuador. Era experimentado, más de quince años de trayectoria le avalaban, pero el 8 de agosto de 2015 un accidente le cambió la vida. Fue tras un fallo en el enganche de unas cuerdas entre árboles a doce metros de altura.
Pasó “momentos muy oscuros” y con dos años de terapia logró salir gracias a las ganas de vivir y la fuerza de voluntad, aunque no fue fácil.
“Fue un proceso muy largo. Estuve mucho tiempo horizontal, tengo una lesión medular a nivel cervical, pero al ir mejorando fui motivándome, aunque sabía que no recuperaría mi movilidad. En algunos momentos incluso pensé suicidarme porque dependía de alguien las 24 horas del día, pero con el tiempo el deporte me salvó”, confesó Carrasco.
Su nueva vida sobre la silla de ruedas no ha sido un obstáculo para viajar. En uno de esos viajes conoció Barcelona, dónde comprobó otra realidad para las personas discapacitadas en cuanto a la accesibilidad en las ciudades, muy diferente a las ecuatorianas. Incluso hizo un Posgrado en accesibilidad en la Universidad de Cataluña.
Sabiendo de su amor por la montaña, una amiga, Gisela Toledo, le propuso el reto de subir al Kilimanjaro, un objetivo que afronta con un equipo de nueve personas y el apoyo gubernamental y de empresas como Movistar.
“Al principio me pareció una idea loca, pero luego acepté. Tiene casi la misma altura que el Cotopaxi y una orografía más amigable al perder casi todo su glaciar. El ascenso empieza a 2.800 metros”, comentó Carrasco durante la presentación de su reto en Madrid.
De las seis rutas que tiene el Kilimanjaro han cogido una con refugios. “Eso ayuda por el tema de la accesibilidad, porque la idea es subir en ocho días, con dos de descanso. Además, tendremos que hacer un campamento en la parte más empinada”, confesó.
Parte del entrenamiento ha sido en Ecuador, dónde las montañas se presentan con condiciones parecidas con cumbres como el volcán Cotopaxi.
El Kilimanjaro lo afrontará desde el 7 de septiembre con dos bicicletas adaptadas. Una de cuatro ruedas y otra que tiene tres, dos delante y una atrás. La propulsión será únicamente con sus brazos.
Cristobal Roldán, embajador de Ecuador en España, ejerció de anfitrión en Madrid de la presentación de este reto deportivo.
“Aquellas personas que han sufrido un accidente empiezan a optimizar los recursos espirituales, intelectuales y físicos que les queda. Antes no se daba en Ecuador la atención que necesitan las personas con discapacidad, pero con la llegada de Lenín Moreno se dio un vuelco a estos temas y eso es algo que quedará”, dijo Roldán.
Este reto forma parte del Proyecto ‘One More Summit’ de la Fundación Sebastián Carrasco Zuffi que pretende generar las primeras rutas adaptadas para bicicletas de mano adaptadas en América Latina, así como la fabricación de dichas bicicletas impulsadas por los brazos.
Con este proyecto Ecuador quiere ser pionero en los senderos de altura inclusivos a nivel mundial y la producción de los elementos requeridos y que sean accesibles para todos.
Además, Sebastián Carrasco persigue otro objetivo. Si consigue subir de los 4.800 metros hasta la cumbre del Kilimanjaro sin ninguna ayuda será la primera persona en hacerlo en handbike. “Sería Récord Guiness y estamos preparando todo para que pueda ser documentado y ratificado”, señala Sebastián Carrasco.
La Fundación Sebastián Carrasco Zuffi se creó en este 2019 con la misión de que más personas con discapacidad puedan acceder al deporte de aventura como una opción de cambio de vida positivo