Cuatro hombres están reunidos en una esquina. Tres tienen mascarillas, pero solo uno la utiliza correctamente. Son libadores que las cámaras del ECU-911 registraron en el sector de La Bota, en el norte de Quito.
Beben de la misma botella y no mantienen el distanciamiento social, como esta imagen hay cientos. Juan Zapata, director general del ECU-911, señaló que “desde el 12 de marzo hasta el 21 de junio se han registrado 64.671 emergencias relacionadas con libadores, con un promedio diario de 578 eventos”.
Las ciudades que mayor complicación generan en este tema son Guayaquil (15.013) y Quito (11.390), las que mayor número de contagios y muertes registran a causa del Covid-19.
Mil contagios en dos semanas
El fin de semana en el que se conmemoró el Día del Padre, los libadores, los escándalos, las fiestas y las aglomeraciones en la capital aumentaron. A través de redes se viralizó un video donde se festejaba, inclusive, con juegos pirotécnicos, en San Juan de Cumbayá.
El médico intensivista Edgar González señaló que se debe entender que las visitas, así sean familiares, no están bien: “No se puede compartir con nadie más que no pertenezca al núcleo que habita una misma casa”.
Según información del ECU-911, del 19 al 21 de junio (Día del Padre), en la capital se registraron 64 fiestas; esto representa un incremento del 129, en comparación al fin de semana anterior (del 12 al 14 de junio), en el que hubo 28 fiestas.
Lo mismo sucede con los libadores, pasaron de 839 a 1.076; los escándalos aumentaron de 947 a 1.108, y las aglomeraciones de 202 a 219. En las fechas antes mencionadas.
González señaló que las reuniones sociales rompen las medidas del distanciamiento social. “Peor si hay alcohol de por medio, porque afecta el comportamiento y la gente se olvida de las medidas de bioseguridad”.
En días pasados La Hora realizó un reportaje en el que se mostraba el aumento de contagios luego del Día de la Madre. Dos semanas después de este hecho, la capital pasó de 1.938 contagios a 3.309; es decir, hubo 1.371 nuevos casos. Actualmente, se detectan 94 contagios cada día. Hace dos semanas eran 84. (AVV)
Rebrote y colapso hospitalario
Danilo Calderón, gerente general del hospital IESS Quito Sur (exclusivo para atender Covid-19) dijo que las camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) están llenas.
“Hemos tenido incrementos en todos lados. Nos hemos visto agobiados por la cantidad de personas que legan. Estamos al límite del trabajo”, indicó Calderón. Esta realidad, la han manifestado otros hospitales y la misma Federación Ecuatoriana de la Salud ha mostrado su preocupación.
Sin detallar cifras y repitiendo que “la situación está controlada en Quito”, Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, reconoció que la alta demanda de camas, tanto de hospitalización como en cuidados intensivos, son el resultado de lo que sucedió hace un mes cuando se anunció el paso al semáforo amarillo.
Con estos antecedentes, la universidad UTE, la Técnica Particular de Loja y la Universidad de Madrid realizaron un estudio que señala un posible rebrote para la primera semana de julio. “Podría haber un aumento de casos del 30% y 50%”, indica la investigación.
Un mal nacional
Quito y Guayaquil no son las únicas ciudades donde se incumplen las medidas de bioseguridad, que prohíben aglomeraciones y fiestas. En lo que se refiere a aglomeraciones, a través del sistema de videovigilancia, –que tiene 5.800 cámaras operativas a escala nacional– y llamadas al 911 se han recibido 35.949 alertas, divididas así: 7.416 reportes en Pichincha, 7.327 en Guayas, 3.901 en Manabí y 2.696 en Azuay.
Delito en COIP
Hugo Ordoñez, Comisario del Distrito La Delicia, señala que no hay una distinción entre el horario normal y el toque de queda, las fiestas están suspendidas en cualquier momento. “Administrativamente lo que hacemos es suspender el evento y a veces se decomisan los equipos, o si hay bebidas alcohólicas. Si hay una persona que se identifica como organizador se le hace una citación”, comenta Ordoñez.
Esto se considera un delito por incumplimiento de la orden competente en el artículo 282 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). “La persona que incumpla órdenes, prohibiciones específicas o legalmente debidas, dirigidas a ella por autoridad competente en el marco de sus facultades legales, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”, señala el artículo.