El restaurante Tania es como un libro que se lee por capítulos, pero en este caso, cada capítulo representa una etapa de la vida de Tania Torres, dueña de la novedosa cocina que abrió en junio en la calle Panamá, al centro de Guayaquil. Tania: Cocina con Historias, es el local que rinde homenaje a la comida ancestral y a las raíces de su fundadora, que nacen en la ciudad de Alamor y en el cantón Pindal, en la provincia de Loja.
“Mis padres son de Alamor y mis abuelos son de Pindal. Entonces mi mamá se crio entre estos dos pueblos, de donde está inspirado nuestro primer y actual menú. La idea es ir contando de forma cronológica cómo ella va cambiando de lugar y qué riquezas culinarias va adquiriendo”, señala Bertha Serrano, hija de Tania, quien también es propietaria del local ubicado exactamente en Luzarraga entre Panamá y Pedro Carbo.
Antes de abrir este restaurante, donde adquirieron su primera experiencia gastronómica, Tania y Bertha trabajaban en el sector textil. “Tenemos marcas comerciales y también fabricamos ropa de tiendas de retail, pero hace dos años se nos metió el ‘bichito’ de diversificar un poco el ‘pastel’”, indica.
En el 2015, mi mamá dejó “todo botado por ayudarme en mi sueño”, confiesa Bertha, quien en ese entonces recién montaba su negocio de moda local, Fulgore. Años después, ella quiso darle el mismo apoyo a su madre, apostando por un restaurante donde resalte la cocina hecha a la antigua, de casa, que recuerde el compartir y el estar en familia.
“Ahora nos encontramos en nuestro primer capítulo y queremos contar la historia de mi madre: de dónde viene, dónde nació, qué la inspira y qué costumbres tiene. Más que nada poder resaltar nuestro concepto de slow food (cocina que impulsa el consumo de alimentos naturales, la preparación de recetas locales y el sentarse a comer, disfrutando de sabores reales) que poco a poco lo vamos descuidando por el mundo tan movido en que vivimos”, sostiene.
“Se dio la oportunidad de que el local estaba desocupado y dije ‘ok, vamos a estructurar un poco tu sueño’ y así nos dimos el tiempo para crear Tania”, expresa Bertha, de 31 años. Con ganas de darle un giro distinto al local, y para darle otro espacio físico a su tienda de moda, el par aprovechó y convirtió Tania en un concepto boutique, donde también ofrecen otra clase de productos dentro del mismo espacio, en este caso: flores, ropa y artículos personales o de hogar.