Hace pocos días, Gabriel Martínez, ministro de Transporte y Obras Públicas, anunció que hasta este lunes 6 los viajeros de vuelos domésticos presentarán la prueba negativa de COVID-19 para abordar un avión, medida para mitigar la propagación del virus en el territorio nacional.
Sin embargo, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional autorizó una solicitud enviada por el Municipio de Guayaquil, para extender hasta el 21 de julio la aplicación de pruebas rápidas de COVID-19 a los viajeros entre Quito y la urbe porteña.
En esta disposición para los pasajeros entre Quito y Guayaquil, el COE nacional sumó varias reglas. Podrán viajar los pasajeros que tengan una prueba PCR o cuantitativa negativa realizada en laboratorios autorizados hasta 72 horas antes del abordaje.
Los viajeros que no tengan estas pruebas, se las podrán realizar en laboratorios autorizados o en las áreas habilitadas en los aeropuertos, hasta 24 horas antes del día de vuelo.
Si la prueba rápida cualitativa da un resultado IgM positivo, el pasajero no podrá abordar hasta que se realice una prueba RT-PCR que muestre un resultado negativo. Si la prueba rápida cualitativa indica solo C y T (Control y Test) y no indica IgM/IgG, un resultado T positivo del usuario hará que no pueda embarcarse hasta que muestre una prueba RT-PCR que confirme un resultado negativo.
También se indicó que para vuelos domésticos las personas que realizaron el aislamiento preventivo obligatorio (APO) en establecimientos de alojamiento temporal no deberán realizarse la prueba RT-PCR, ya que el certificado de culminación del APO que emite el Ministerio de Salud Pública es el documento habilitante para abordar el vuelo.
El COE nacional indicó que, a partir del 21 de julio, las pruebas serán aleatorias en los aeropuertos de origen. Las empresas concesionarias de los aeropuertos de Quito (Quiport) y Guayaquil (Tagsa) realizarán la coordinación del control y la toma de pruebas en conjunto con las autoridades sanitarias y municipales.
Cynthia Viteri, alcaldesa de Guayaquil, indicó que, días antes del 21 de julio, el COE cantonal analizará la medida. “Guayaquil aún está en semáforo amarillo y cada vez con más acciones tendentes a localizar y cortar la cadena de contagios del COVID-19, por lo tanto hay que medir paso a paso y meticulosamente cada acción”, refirió la alcaldesa.
En Guayaquil, los pasajeros que lleguen de otras provincias con resultado positivo de COVID-19 pueden alojarse en el Centro de Convenciones.
Actualmente, en Quito hay un colapso en el sistema de salud por el incremento de pacientes con síntomas de COVID-19. Los hospitales no se abastecen para la demanda de camas. Algunos ciudadanos deben recorrer incluso más de cinco casas asistenciales para encontrar espacio para familiares enfermos.
Ecuador es el único país de la región que solicita pruebas de COVID-19 como requisito a los pasajeros para movilizarse. El ministro Martínez señaló, hace varios días, que no van a retroceder en medidas como el cierre de aeropuertos o la restricción de vuelos comerciales.
En el aeropuerto José Joaquín de Olmedo se habilitaron áreas para la toma de pruebas rápidas de COVID-19 a los pasajeros, también se instalaron cámaras térmicas para medir la temperatura de los usuarios. En la zona de parqueos se ubicaron dos carpas que funcionan como sala de espera para familiares de viajeros. El sitio fue adecuado para que los usuarios respeten el distanciamiento físico.