Gema Intriago llegó el domingo desde el sito Las Flores, ubicado a 20 minutos del centro de Rocafuerte, para disfrutar del festival de la tonga más grande del mundo.
Este es uno de los platos íconos de esta ciudad manabita que también es conocida por la variedad de dulces de harina, coco, leche y frutas que se elaboran artesanalmente.
Intriago compró dos tongas y las compartió con su madre y con uno de sus hijos. “Está deliciosa, tiene todos los elementos como maduro, arroz, yuca y la gallina bien preparada, está sabrosa”, expresó la mujer.
Silvia Ibarra, madre de Intriago, refirió que a más de la tonga en esta ciudad a ella le gusta consumir otras delicias manabitas como la cuajada, el suero blanco y platos hechos con pato y gallina criolla.
El centro de Rocafuerte estuvo abarrotado de visitantes que llegaron a presenciar actos culturales y musicales dentro del festival de la tonga que se preparó en una mesa de 7 metros.
Nubia Sánchez, directora del Departamento de Gestión Ambiental y Áreas Comunales del Municipio de Rocafuerte, estimó que la venta de tongas superaría los 5.000 platillos.
“Pero el récord no es la venta masiva, sino la elaboración de una tonga de 7 metros de longitud. En el 2017 hicimos una tonga de 5 metros y el año pasado una de 6 metros”, relató Sánchez.
Gallina en Chirijos
A la par del festival de la tonga que se realizó en Rocafuerte, en la parroquia Chirijos (jurisdicción de Portoviejo) se desarrolló un evento gastronómico que tuvo como protagonista a la gallina criolla. Se expendieron unas 300 en diversos platillos.
Unos 20 estands ofrecieron caldo de gallina, empanadas, secos y otros aperitivos como dulces de yuca, bebidas como rompope y demás.
Así, Manabí cerró el feriado por el Primer Grito de la Independencia.
Ricardo Franco llegó a esta localidad ubicada al este de Portoviejo, desde Manta.
Ligia Vélez mencionó que durante cuatro años ha participado en este evento, en el que prevalece la experiencia de quienes preparan cada uno de los platos típicos que se expenden. Algunos son cocinados en hornos de barro.
“Lo que debe influir es el amor. Hay que tenerlo porque sin amor todo sale mal. Y mi madre, Felícita Zambrano, nos ha acostumbrado a que el orégano le da un toque y aroma especial al caldo de gallina”, manifestó Vélez.
Javier Pincay, concejal de Portoviejo, indicó que a más de la venta de caldos y otros platos también se iba a escoger al mejor plato de caldo de gallina, cuyo ganador se llevaría un trofeo y 500 dólares.
“Le estamos rindiendo tributo a ese plato típico manabita como lo es el caldo de gallina criolla. Nos da mucho entusiasmo en impulsar este festival que trata de dinamizar la economía de la gente de este sector. El año pasado se vendieron más de 7.000 dólares y este año aspiramos llegar a los 10.000 dólares en ventas de los diversos platos”, expuso Pincay.