La Basílica del Voto Nacional, ubicada en la cima de una colina en las afueras del centro histórico de Quito, observa la ciudad extendida debajo de ella como un gigante distante y constante. La capital ecuatoriana ha experimentado muchas transformaciones desde que surgió la idea de la Basílica en el año 1883, sugerida por el padre Julio Matovelle, quien en ese entonces era congresista de la República del Ecuador. Aunque fue el presidente Luis Cordero Crespo quien firmó el decreto oficial que ordenaba la construcción de este proyecto, las obras de la Basílica comenzaron bajo la presidencia de José María Plácido Caamaño un año después.
La iglesia neogótica más grande de Sudamérica
La Basílica está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y, bajo la supervisión del arquitecto francés Emilio Tarlier, fue diseñada siguiendo el modelo de la famosa Notre Dame de París y la Catedral de Burgos en España. La Basílica tiene 140 metros de largo, con sus dos torres alcanzando una altura de 115 metros, lo que la convierte en la iglesia neogótica más alta de Sudamérica. Cuenta con 24 capillas que representan el número de provincias de Ecuador. La iglesia está diseñada en forma de cruz latina, como es común en la mayoría de las grandes iglesias góticas, con la nave principal constituyendo el cuerpo de la estructura. Tiene siete puertas, tres para la fachada y cuatro en los lados. Posee una cripta subterránea y un austero panteón donde están enterrados varios jefes de Estado ecuatorianos.

El toque ecuatoriano en la Basílica del Voto Nacional
La Basílica del Voto Nacional se puede ver desde casi cualquier lugar del centro histórico de Quito. Su presencia imponente se alza sobre la capital. A lo lejos, se puede decir fácilmente que posee todas las características de una iglesia neogótica adecuada. Sin embargo, si se observa de cerca, ciertos detalles en su decoración captarán la atención de los visitantes más atentos.
Para quienes hayan tenido la oportunidad de maravillarse ante la grandeza y los entresijos decorativos de las iglesias góticas de Europa, ciertos elementos como las gárgolas de aspecto monstruoso no serán una sorpresa. En el caso de la Basílica, sin embargo, estas gárgolas tradicionales fueron sustituidas por diferentes especies de animales que representan la rica biodiversidad del país. Entre ellos, cóndores, armadillos, tortugas gigantes de las Islas Galápagos e iguanas. Aproveche su visita a Ecuador para conocer de primera mano algunos de estos animales en un inolvidable Crucero Galápagos!
¿Qué se puede hacer dentro de la Basílica?
Los visitantes tienen varias opciones para familiarizarse con este edificio tan especial. Si buscas una opción más relajada, puedes pasear por la nave principal y los patios circundantes. Si prefieres una experiencia más activa de la Basílica, toma el ascensor ubicado en una de las torres principales (o las escaleras si ya te has acostumbrado a la altitud de Quito de 2,850 metros (9,350 pies)) y sube a los últimos pisos, donde encontrarás una pintoresca cafetería y un pequeño museo. ¡Solo no te distraigas de lo que realmente importa: las impresionantes vistas de la ciudad que se pueden ver desde la cima de la torre! Respira profundamente y ten lista tu cámara para una foto increíble. Mientras visitas el centro histórico de Quito, declarado Patrimonio de la Humanidad, completa tu recorrido hospedándote en uno de los mejores y más renombrados hoteles de la ciudad, Casa Gangotena. Y no te pierdas la oportunidad de visitar esta peculiar, excéntrica, llamativa y audaz basílica neogótica.
