El presidente de Chile, Gabriel Boric, apartó este martes de la primera línea a dos de sus ministros más afines y mediáticos, Izkia Siches y Giorgio Jackson, fuertemente criticados por la oposición, y dio un giro hacia el centro izquierda con la primera remodelación en sus seis meses de gobierno.
Y que, según el mandatario, busca ser «más efectivos a la hora de gobernar» y responder a los desafíos y a las cuitas de la sociedad, como la sensación creciente de inseguridad y la aguda crisis económica.
Giro al centro-izquierda
La reforma cambia también los equilibrios en el Comité Político, el órgano que lidera el presidente y en el que se delinean las estrategias y se toman las decisiones más relevantes, y supone un giro hacia el centro al aumentar el número de miembros cercanos a la Concertación de partidos que gestionó la transición.
Uriarte, Toha y el ministro de Hacienda, Mario Marcel, que conserva su puesto, se inscriben en el llamado socialismo democrático, mientras que la inclusión de la ministra de Trabajo, Janette Jara, del Partido Comunista, y la continuidad de su compañera y ministra portavoz, Camila Vallejo, y la ministra de Mujer, Antonia Orellana, mantiene la influencia de Apruebo Dignidad.
Además de la polémica por el nombramiento fugaz de subsecretario de Interior, la oposición criticó la remodelación al opinar que no era «lo suficientemente profunda».
El partido conservador Renovación Nacional aseguró, incluso, que no acudirá a la reunión que ha convocado el presidente con todos los partidos para analizar cómo proseguir con el itinerario constitucional.
Boric «no ha entendido la tremenda derrota de sus ideas porque en su discurso se atrincheró», dijo el senador de extrema derecha Rojo Edwars.
Mientras que para su colega de la coalición de derechas «Chile Vamos», Juan Antonio Coloma, fue más cauto y advirtió que «hay que ver si lo que cambia es la receta o el cocinero. Y espero que sea lo primero porque el Gobierno se había dedicado a ganar el plebiscito y no a resolver los problemas de la gente de seguridad, delincuencia e inflación». (EFE)