Ocho de cada diez ecuatorianos tienen ingresos mensuales de $490 o menos. Es decir, su capacidad adquisitiva y de consumo les permite como máximo un gasto diario de alrededor de $16. Sin embargo, en el mercado ecuatoriano, esa inmensa mayoría de ecuatorianos no tiene una oferta de productos alimenticios que se ajuste a su bolsillo.
Según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), se necesita un gasto de casi $26 diarios para cubrir la Canasta Básica Familiar (CBF).
Este es uno de los principales problemas sociales y económicos del país, pero, según Christian Wahli, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), también es una gran oportunidad para la empresa privada.
“Desde inicios de 2022 ya vimos que se necesitaba trabajar en productos para los ecuatorianos de menores ingresos, o la base de la pirámide económica. Mucha gente no ha recuperado su empleo desde la pandemia y ha caído el ticket o el monto de la compra”, dijo.
Ante esto, a pesar de que el Gobierno no ha cumplido con el ofrecimiento de impulsar publicitariamente la iniciativa, 15 empresas han desarrollado una oferta más barata, bajo el concepto del ‘Producto Amigo’.
Un desafío posible
Wahli explicó que el mercado es grande, pero se debe cambiar el producto, la presentación y el empaque. Además, buscar nuevos esquemas de distribución. La meta final es compensar la baja de precio con más volumen vendido.
Hasta el momento, 15 empresas se han sumado al reto y ya han sacado al mercado 55 productos más económicos para el “segmento de consumidores que no tienen los recursos para una buena alimentación diaria”.
La oferta incluye cárnicos, huevos, cereales, arroz, té, aceites, higiene. Es decir, se ha tratado de cubrir productos esenciales dentro de la canasta básica.
Según Wahli, la idea es que tengan un precio al menos 10% por debajo de la oferta normal en el mercado. Y el compromiso es que esa rebaja se mantenga por lo menos por un año.
Actualmente, estos productos están presentes en dos grandes cadenas: AKI y Coral. Pero, se hacen esfuerzos para que tengan más presencia en tiendas de barrio; pero sobre todo para que más empresas vean que es una buena línea de negocios con un mercado que abarca a la mayoría de la población.
Dos ejemplos
Dos grandes empresas como Pronaca y Moderna Alimentos han liderado la producción de una oferta más asequible a la real capacidad adquisitiva de los ecuatorianos.
En el primer caso, a través de marcas como Indaves, Mr. Pollo y Fritz, más del 65% de los nuevos productos lanzados están enfocados en la base de la pirámide económica.
En la lista figuran carne de pollo, cerdo, res y pavo; embutidos, congelados y conservas, cuyos tamaños se han ajustado para disminuir su precio.
Por su parte, José Luis Vivar, director ejecutivo de la Moderna Alimentos, puntualizó que se ha creado una nueva línea llamada Flor de Oro para impulsar una oferta más barata en harina, pan y pastas.
Vivar recalcó que se está buscando que los productos lleguen sobre todo “a los lugares donde está la población más pobre del país”.
Wahli afirmó, que a partir de la pandemia se han desarrollado empresas que ahora prestan servicios eficientes de distribución. “Donde tú puedes decir en este cantón, en esta provincia necesito alcanzar 50.000 tiendas y ellos te llevan el producto allá”, añadió.
Esas nuevas facilidades, además de la economía de la publicidad a través de redes sociales e influencers, o incluso en los mismos puntos de venta, se deben aprovechar para llegar con productos baratos a donde más se necesita.
Innovación y costos
Aunque la inflación se está desacelerando, productos como la harina de trigo siguen entre los que más se encarecen mes a mes. Esto representa un reto para los productores ecuatorianos que buscan ofrecer opciones más baratas a los consumidores
Luis Bakker, fundador de Pronaca, explicó que para enfrentar esto, por ejemplo, se ha incorporado un porcentaje de harina de yuca en las fórmulas de algunos alimentos.
Además, se hicieron innovaciones en el tamaño e incluso los materiales de la presentación de los productos.
Wahli apuntó que los costos en el sector agroalimentario han tenido incrementos que van desde el 7% al 50% desde inicios de 2022; pero se han hecho esfuerzos para reducir márgenes y mejorar procesos, con el fin de no afectar tanto al consumidor.
“Esperamos que las cosas se normalicen y este pueda ser un año de transición. No va a ser un año espectacular por todos los problemas que tiene el Ecuador, no solo con los altos costos de producción de alimentos; sino también con los problemas de acceso a crédito y la inestabilidad política”, concluyó.