El hígado graso considerado por muchos médicos como la ‘pandemia silenciosa’ está afectando la salud de los santodomingueños por factores alimenticios y falta de ejercicio.
Explicó el galeno, que el hígado es el órgano encargado de metabolizar los nutrientes; además de almacenar energía y depurar toxinas. “Si se enferma no podrá realizar estas tres funciones básicas y necesarias”.
Asimismo, indicó que la enfermedad está relacionada con la obesidad y la diabetes que hacen que el hígado acumule grasa innecesaria.
Si una persona tiene una dieta desequilibrada, le acortará la vida de funcionamiento al hígado. “En las primeras etapas no causa síntomas, pero luego puede evolucionar a una cirrosis o un cáncer hepático”.
Desórdenes alimenticios
Ana Zambrano, doctora en medicina general, señaló que en su consultorio atiende diariamente de tres a cuatro pacientes con desórdenes alimenticios y problemas de hígado graso.
Especificó que entre las enfermedades más frecuentes del órgano están: la hepatitis A, B y C, hígado graso no alcohólico y la cirrosis, como consecuencia de una inflamación crónica del hígado.
“Cuando una persona sufre de hígado graso aumenta el riesgo en el 30% de sufrir cirrosis y, posteriormente, cáncer de hígado a futuro”, sostuvo.
Para que esto no ocurra, Zambrano recomienda evitar el consumo de alimentos que inflaman al órgano, como son las grasas saturadas, que están presentes en carnes y frituras, así como el consumo excesivo de jugos preparados, bebidas azucaradas o gaseosas.
La enfermedad se puede controlar bajando de peso, con una buena alimentación, reduciendo carbohidratos como el pan, harina de trigo e incorporar frutas y vegetales crudos porque así se obtiene la fibra que ayudará a controlar la asimilación de grasas a nivel del intestino.