En cuanto a la historia de las Islas Galápagos, no todas las islas surgieron al mismo tiempo. De hecho, las islas Galápagos orientales de Española y San Cristóbal fueron probablemente las primeras en formarse. La placa tectónica sobre la cual se encuentran las Galápagos se llama la placa de Nazca. Como explica Galapagos Conservancy en su sitio web, esta placa tectónica se ha desplazado gradualmente hacia el este, lo que ha desempeñado un papel importante en la formación de este grupo de islas a lo largo de aproximadamente cinco millones de años.
Las islas más jóvenes, ubicadas en el extremo occidental, podrían tener menos de un millón de años. Por lo tanto, también son las que presentan la actividad volcánica más reciente. El 3 de marzo de 2024, el volcán La Cumbre en la isla Fernandina comenzó a hacer erupción. Esta sería su tercera erupción en la última década, habiendo registrado actividad también en 2018 y 2020.
Este proceso geológico ha creado un paisaje tan diverso como hermoso, con cada isla albergando su propio ecosistema único.
Descubrimiento
Las islas fueron oficialmente descubiertas por Fray Tomás de Berlanga, obispo de Panamá, en marzo de 1535. Las corrientes llevaron inadvertidamente su barco más al oeste hacia las islas mientras intentaba navegar hacia el sur hacia Perú. Su relato de las islas—un punto importante en la historia de las Islas Galápagos—menciona las tortugas gigantes y el terreno de otro mundo, así como los desafíos para encontrar agua y la naturaleza generalmente inhóspita de las islas.
Coincidentemente, las Galápagos comenzaron a aparecer en mapas y cartas alrededor de mediados del siglo XVI. Y, a medida que piratas, pescadores y otros comenzaron a visitar y agotar muchos de los recursos de las islas, el archipiélago sufrió consecuencias devastadoras. Grandes extensiones de las poblaciones de focas de piel y tortugas gigantes empezaron a desaparecer, junto con innumerables criaturas marinas como langostas, ballenas, meros y más. Este es, después de todo, un ejemplo de cómo los intereses económicos, cuando no están alineados con el bienestar del destino y sus especies nativas y endémicas, pueden resultar en una cultura bastante explotadora.
A medida que los colonos comenzaron a llegar gradualmente a las islas, los ecosistemas comenzaron a cambiar, especialmente cerca de las costas y en las tierras altas de islas habitadas como Santa Cruz, Isabela, Baltra, San Cristóbal y Floreana. Esto se debía a que nuevas especies de plantas y animales comenzaron a llegar con estos nuevos visitantes.
Sin embargo, la ciencia es, en gran medida, la razón por la que estas majestuosas islas están ahora tan bien protegidas y cuidadas. Verás, los exploradores y científicos siempre han sentido una atracción por las Galápagos, ¡el sitio de tantos descubrimientos científicos innovadores! (Esto también es una gran parte de la historia de las Islas Galápagos.) Fue aquí donde Charles Darwin, durante su visita a bordo del HMS Beagle en 1835, observó las adaptaciones únicas de las especies de plantas y animales, catalogándolas y estudiándolas.
Al regresar a Inglaterra, Charles Darwin pudo dar mayor sentido a su investigación y la documentó en su obra fundamental, El origen de las especies, que publicó en 1859. Esta es conocida como una de las obras científicas más importantes, ya que nos presentó su Teoría de la Evolución—según la cual las especies evolucionan con el tiempo, adaptándose a cambios constantes e inesperados.
Darwin fue solo el primero de varios científicos que han ayudado al mundo a comprender la importancia de proteger y estudiar estos frágiles e increíbles ecosistemas y las especies que los habitan. Hoy en día, las Galápagos albergan varios centros de crianza de tortugas gigantes distribuidos en algunas de las islas, además de una de las instalaciones de investigación científica más reconocidas de América: la Estación Científica Charles Darwin. Lo más importante es que el 97% de las Islas Galápagos forma parte del Parque Nacional Galápagos. Es la autoridad en las islas y, como tal, tiene la responsabilidad de proteger y preservar este lugar extraordinario.
Flora y Fauna Únicas
Las Islas Galápagos albergan una extraordinaria variedad de flora y fauna tan diversa como única. Este archipiélago es un refugio para especies que no existen en ningún otro lugar del planeta. Entre los habitantes más icónicos se encuentran las tortugas gigantes y el pingüino de Galápagos—la única especie de pingüino que se encuentra al norte del ecuador. A esto se suma una variedad de aves, como el cormorán no volador, el piquero de Nazca, las fragatas grande y magnífica, el flamenco americano y el pinzón de Darwin, por nombrar solo algunos. La flora también es especial, con especies como el cactus de lava y el cactus de tuna que prosperan en un paisaje volcánico a menudo hostil. Las iguanas también abundan y varían, desde la ágil iguana marina hasta la endémica iguana terrestre de Santa Fe, pasando por la iguana terrestre tradicional hasta la casi extinta iguana rosada de Galápagos.
Esfuerzos de Conservación e Impacto del Turismo
Reconociendo el valor ecológico único de las Islas Galápagos, se han realizado importantes esfuerzos de conservación para preservar su belleza natural y biodiversidad. Los esfuerzos del Parque Nacional Galápagos han sido fundamentales para mantener las islas en condiciones prístinas. Parte de su labor consiste en aprobar y coordinar las visitas a los distintos sitios a través de tours de expedición en todo el archipiélago. Así, cuando viaja a bordo de un crucero de expedición, el itinerario de su barco ha sido cuidadosamente planificado y coordinado en colaboración con el PNG. Este proceso ayuda a monitorear la cantidad de visitantes al parque y, más específicamente, a cada sitio individual. Cada barco debe llevar a bordo un guía naturalista certificado (o varios). Nadie puede visitar el parque sin la compañía de un guía naturalista certificado por el Parque, y los grupos de excursión están limitados a 16 personas por guía. Los mejores cruceros de expedición ofrecen proporciones aún menores, de hasta 11 o 12 huéspedes por guía, como es el caso del Yate Isabela II y el Yate La Pinta.
Existe una fuerte tendencia a hacer que este tipo de turismo basado en la naturaleza o ecoturismo sea lo más sostenible posible. Además, este tipo de turismo ayuda a financiar muchos de los importantes esfuerzos de conservación de la región. Puede leer más sobre el impacto positivo del ecoturismo aquí.
Estado Actual y Esfuerzos de Preservación
Las Islas Galápagos han sido designadas como un Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reconociendo su importancia global y la necesidad de esfuerzos continuos de preservación. Las iniciativas de conservación continúan enfocándose en proteger los ecosistemas únicos de las islas de amenazas como especies invasoras y el cambio climático. Estos esfuerzos garantizan que Galápagos siga siendo un refugio para la vida silvestre y un faro de belleza natural e importancia científica.
Una Historia Única
La historia de las Islas Galápagos es un testimonio del asombro del mundo natural, mostrando la belleza de la evolución y la importancia de la conservación. Desde sus orígenes volcánicos hasta los esfuerzos continuos para preservar este ecosistema único, las Islas Galápagos ocupan un lugar especial tanto en la historia científica como en los corazones de quienes las visitan. Su historia es un recordatorio del delicado equilibrio entre la naturaleza y el impacto humano, mostrando la importancia de preservar estos tesoros irremplazables para las generaciones futuras.
