En octubre cientos de personas con máscaras de madera con la forma de un chivo salen a recorrer las calles en honor a San Francisco de Asís.
Fotografías y texto: Alex Villacis Guevara
@elfotografodelafiesta
La máscara es negra con detalles blancos y rojos, tiene dos pequeños cachos, saltan, bailan y hacen ‘chiverías’, algunos bailan con ramos de ortiga, unos pocos aún hacen bromas al público, hasta los cargan en medio de la calle mientras la banda suena.
Los chivitos salen en octubre del 1 al 3 en honor a San Francisco de Asís o como ellos lo llaman ‘Taita Pachito’, la dinámica aquí es que los chivos junto con los caballitos, curiquingues, bailarines, guarichas y diferentes bandas de pueblo acompañan a las comunidades del cantón en cada salida llevando la chamiza que será quemada en la noche en honor al santo.
Aquí todos llevan su parte de la chamiza que es una ofrenda de fe, desde una pequeña rama jalada por el devoto, hasta yuntas, caballos, burros, motos y carros son utilizadas para jalar las ramas secas que se quemarán en la noche.
Aurelio Yuqui Carrasco es la primera persona que se disfrazó de chivito, tiene 86 años y todo Penipe lo reconoce como el iniciador de esta tradición, cuenta que hace más de 70 años, por la devoción a San Francisco le pidieron que acompañe en una salida y que se disfrace de lo que más le guste.
“Dije de chivito, pero eso si bien chivo, todos me conocen que soy chistoso, pero con un manojito de ortigas para dar a los que veían”, menciona.
Yuqui cuenta que decidió disfrazarse como chivito debido a que San Francisco es identificado como el santo que más amor brindó a los animales.
Alrededor de nueve parroquias y comunidades se organizan para la salida que llevará la chamiza hasta el punto de encuentro, esta recorrerá el centro de Penipe y antes de iniciar rezan y agradecen a ‘Taita Pachito’, al finalizar disfrazados regresarán a la siguiente comunidad para acompañar en el recorrido.
Cada familia se organiza y brinda la comida para los músicos, chivitos participantes y demás disfrazados, incluso existen familias que en las esquinas reparten chicha de jora, bolos, helados o bebidas para los participantes y los visitantes.
La familia de Telmo Pazmiño es de aquellas que tiene una larga tradición de fe a San Francisco de Asís, su abuelo fue parte de los primeros miembros del comité organizador de la fiesta y su madre sigue con la tradición de brindar comida a una de las bandas participantes y de ofrecer una bebida refrescante para los disfrazados.








