En los sectores rurales de Santa Elena, Los Ríos y Guayas hay quienes han confeccionado sus propios tapabocas caseros. Usando retazos de tela o improvisando con pequeños trozos de cambrella y pellón.
La escasez del producto que se percibe en las grandes ciudades también es una problemática en las zonas rurales, donde algunas alcaldías han tenido que repartir unidades entre personas de escasos recursos, aunque el stock es insuficiente para la demanda en medio de la pandemia del COVID-19.
El Gobierno dispuso, entre las medidas que regirán obligatoriamente desde el 4 de mayo, que los municipios fijen ordenanzas y establezcan sanciones para quienes las incumplan.
Edson Alvarado, presidente de la AME-Regional 5, que agrupa a Guayas, Los Ríos, Santa Elena, Bolívar y Galápagos, estima que el 90 % de los cabildos de esta zona ya tienen ordenanzas sobre el uso de mascarillas, pero admite que el problema está en que ese insumo es complicado de obtener en medio de la emergencia.
“Cómo podemos pedirle al ciudadano que use mascarilla si no las venden, no hay y si las hay la más barata vale $1”, dice Alvarado, quien ha trasladado esa inquietud a la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME) a nivel nacional para ver la manera que se puede suplir esa necesidad.
Cristina Murgueitio, directora de la Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos (Asedim), explica que el99 % de dispositivos médicos en Ecuador, entre los que están las mascarillas, son importados.
Los datos históricos de importaciones de mascarillas de protección quirúrgica (8210 N95, 8247 R95, 8511 N95, 8514 N95, 9210 N95, mascarilla desechable, libus respirador N95 y otras) demuestran que no ha habido una constante en el número de unidades que han entrado al país, pues unos años han sido más y otros menos.
Así, por ejemplo, entre el 2016 y 2019 se importaron entre 25 millones y 44 millones de unidades de todo tipo. Hasta febrero del 2020 se importaron unos 2,4 millones.
Existe el registros de que 64 empresas y 39 personas naturales han importado mascarillas de protección.
Asedim indica que los importadores y distribuidores (proveedores) responden a las solicitudes que las unidades médicas públicas y privadas realizan. Y muchos importan ya con pedidos en firme y una vez adjudicados contratos.
Cuarenta días después del aislamiento y a puertas de entrar a una nueva fase, en las grandes cadenas aún no hay un suficiente surtido. Difare, uno de los mayores grupos farmacéuticos, señala que siguen buscando proveedores nacionales e internacionales que puedan garantizar un abastecimiento continuo.
Juan Noriega, del área de comunicaciones de la firma 3M para la región andina, dice que en Latinoamérica la mayoría de los equipos de protección respiratoria que tiene la firma son destinados a profesionales de la salud y el resto se despliega en otras industrias críticas como energía, alimentos y productos farmacéuticos.
Para suplir una parte de la necesidad, la AME nacional prevé adquirir un lote. Su presidente Raúl Delgado dice que van a comprar 200 000 mascarillas para entregarlas a los municipios más pequeños. (I)
Requisitos
Insumos
Para comercializar dispositivos médicos, entre los que están las mascarillas, las personas naturales y jurídicas deben obtener un permiso de funcionamiento como establecimientos farmacéuticos. Este aval debe ser otorgado por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia. Las mascarillas deben ingresar al país con un registro sanitario.