Redacción MADRID
Este fenómeno, conocido como migración climática, se da en mayor o menor grado en todas partes del mundo en la medida en que los efectos del cambio climático son globales, asegura la profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Rovira y Virgili (URV), en España, Susana Borràs.
Sin embargo, hay determinados países que se encuentran en una situación de «alta vulnerabilidad y exposición geográfica», especialmente del llamado Sur Global, es decir, los «más expuestos a sufrir los impactos del cambio climático y los más empobrecidos, con menos capacidad de resiliencia y los que menos han contribuido a generar el calentamiento global», explica Borràs.
Climas más extremos
Borràs, que también es directora del proyecto académico ‘Migraciones Climáticas’, apunta que la causa de este problema hay que buscarla en aquellos fenómenos climáticos extremos, que comprenden tanto los impactos repentinos (huracanes, ciclones, tifones, fuertes tormentas, inundaciones…) como los de producción lenta (aumento de la temperatura, sequía, desertización, erosión de los suelos…).
Todo ellos, declara, provocan la desaparición progresiva y la destrucción de los medios de subsistencia de millones de personas, y comprometen sus derechos más básicos: acceso al agua potable, alimentación, salud o vivienda. En definitiva, añade, el derecho humano a la vida, a vivir en unas condiciones mínimamente dignas y salubres.
En cambio, existe más información respecto al número de desplazamientos internos por desastres vinculados al cambio climático, que «suman más del doble de los que huyen a través de las fronteras como personas refugiadas por causas políticas», subraya. EFE