Rusia lanzó más de 90 misiles y un centenar de drones, algunos con municiones de racimo, contra el sistema eléctrico de Ucrania y dejó a más de un millón de abonados sin electricidad en el oeste del país.
El presidente Volodímir Zelenski calificó el ataque como una “escalada perversa” de tácticas terroristas que buscan desmoralizar a la población en pleno invierno.
A pesar de que las defensas aéreas ucranianas interceptaron 79 misiles, los daños en las centrales eléctricasprovocaron cortes de emergencia para proteger las infraestructuras restantes. Este es el décimo ataque masivo contra el sistema eléctrico desde marzo, lo que obligó a Ucrania a implementar medidas de ahorro energético y a reforzar sus llamados de ayuda a los aliados.
El ministro de Energía, Herman Galushchenko, destacó el trabajo de los equipos de emergencia para mitigar los efectos de los bombardeos, que reducen la capacidad de generación y distribución eléctrica del país.
Ucrania insiste en la necesidad urgente de sistemas de defensa aérea adicionales para prevenir nuevas crisis humanitarias.