El cambio climático afecta los sistemas alimentarios de América Latina y el Caribe, según un informe de la ONU.
Las condiciones climáticas extremas, intensificadas por el fenómeno de El Niño, provocaron un aumento en los precios de alimentos básicos como el maíz en países como Argentina, México, Nicaragua y República Dominicana.
A pesar de que las redes de seguridad social redujeron la desnutrición en la región, las poblaciones rurales y vulnerables siguen siendo las más afectadas por la inseguridad alimentaria.
El informe detalla cómo la falta de recursos en comunidades rurales agrava la situación.
Los agricultores deben adaptarse a terrenos erosionados, lo que reduce la productividad a largo plazo.
Además, el aumento en el precio de alimentos nutritivos llevó a muchos consumidores a optar por productos ultraprocesados más baratos, lo que ha contribuido al incremento de la obesidad en la región.
Sin embargo, el retorno a cultivos tradicionales, como la quinoa y los tubérculos andinos, ofrece una posible solución.
Estos alimentos son más resistentes a la sequía y mantienen la fertilidad del suelo.
Comunidades como Caliata, en Ecuador, demuestran que la agricultura tradicional no solo es más sostenible, sino que también promueve dietas más saludables, lo que podría servir de ejemplo para otras regiones afectadas.