El huracán Helene dejó un saldo devastador en el sureste de Estados Unidos, con al menos 64 fallecidos y millones de personas sin electricidad.
Los estados más afectados incluyen Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Florida y Virginia.
Las autoridades locales reportan grandes daños en la infraestructura y comunidades enteras bajo el agua, siendo Carolina del Norte uno de los lugares más golpeados.
Helene es considerado uno de los huracanes más poderosos en la historia reciente de la región.
Las dificultades para la entrega de suministros básicos son graves.
En Carolina del Norte, siete plantas de agua han dejado de operar, lo que afecta a cerca de 70,000 hogares.
Además, la interrupción de carreteras ha obstaculizado el acceso a comunidades aisladas, lo que agrava la situación en términos de agua potable y servicios esenciales.
Las operaciones de rescate continúan, con más de mil denuncias de personas desaparecidas en el condado de Buncombe, Carolina del Norte.
La Guardia Nacional logró rescatar a 119 personas, aunque la falta de comunicaciones ha complicado las tareas de localización y ayuda.
Se espera que más recursos aéreos sean desplegados para entregar suministros a las zonas inaccesibles por carretera.
El impacto económico es inmenso, con pérdidas estimadas entre USD 95.000 y 110.000