La COVID-19 ha provocado un impacto prolongado en los niveles de esperanza de vida, dando lugar a cambios en la mortalidad mundial sin precedentes en los últimos 70 años, según un estudio que señala que países como Bélgica, Italia o España muestran ya una recuperación significativa aunque no completa.
Los detalles del trabajo, para el que se han analizado datos de entre 2015 a 2021 de 29 países europeos, Chile y Estados Unidos, se publican en la revista Nature Human Behaviour, en un artículo firmado por científicos del Centro Leverhulme de Ciencias Demográficas de Oxford, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Instituto alemán Max Planck de Investigación Demográfica.
La esperanza de vida al nacer es un indicador sobre la mortalidad de un país, una especie de «fotografía» de la situación de mortalidad en un año determinado, explica el profesor de demografía José Manuel Aburto, quien detalla que refleja el número de años promedio que un recién nacido viviría si durante su vida prevalecieran los niveles de mortalidad del año de su nacimiento.
Así, según este nuevo trabajo, pese a los signos de recuperación en algunos países, en 2021 la esperanza de vida en los 29 países analizados seguía siendo inferior a la esperada si se hubieran mantenido las tendencias anteriores a la pandemia -con diferencias geográficas acusadas-, afirma Aburto, del centro londinense.
Fuerte impacto
En anteriores epidemias mundiales se produjo una rápida recuperación de los niveles de esperanza de vida, pero la escala y la magnitud de la COVID-19, en cuanto a la mortalidad, frustra las afirmaciones de que no ha tenido más impacto que una enfermedad similar a la gripe, recuerda una nota de la Universidad de Oxford.
«Las pérdidas de esperanza de vida durante las recurrentes epidemias de gripe de la segunda mitad del siglo XX han sido mucho menores y menos generalizadas que las observadas en la pandemia».
El estudio que ahora se publica demuestra, además, una clara división geográfica en cuanto a la esperanza de vida: mientras que los países de Europa occidental -entre ellos España- experimentaron una recuperación de la esperanza de vida respecto a las fuertes pérdidas de 2020, Europa del Este y Estados Unidos sufrieron déficits sostenidos y sustanciales. EFE